La construcción de la poesía es tan liviana como la pluma que voló desde esa ventana, si esa misma que nunca te atreviste a adorar cuando eras niña. Y dejaste de serlo y se acabaron mis palabras finas. Esa poesía que te escribía con pétalos de rosa. Si, esa por la cual lloras hoy día. Si, esa misma que despreciaste. Eyaculo en tu cula, aguántate esa. Y pensar que me corría la paja contigo.
Si llora no más, llora tu llanto romántico de gueones con moto y chaquetas de cuero, si llora no más, los gueones con cuento, los ferpectos. Bueno yo siempre fui invisible. Pa vos, la tetona rica, la antitesis de los nerd, la más rica de todas.
Y actúo por venganza, y se llama la venganza de las cachas sin hijos. Porque ya te caché. Uso toda la parafernalia. Gracias a tu cientifismo tecnológico.
Si, lée no mas, lée. Léeme estas letras, léeme el tatuaje en mi pico.
Léeme mi inglés, mi japonés, léeme todo, léeme mis calzoncillos de seda. Seré mono pero todos en este siglo se visten de seda.
Con eso de la globalización.
Yo soy uno de esos.
Sólo que más que antes porque yo era de antes. Mi seda es más vieja. Más suavecita, por ser más delgada. Rico.
La seda de las palabras en mi tinta, como lo calamares, vienen desde mis pares, yo soy anfibio, reptil, quizás un saurio, soy un alado, tímido alguna vez, vengativo, pero persisto en esos millones de años.
Y también me como la seda de mis propias palabras, soy un ex nerd amfibio, el de los peores y el de que nunca te librarás porque ya te engullí.
Soy tu pesadilla porque nunca más me verás.
Ay nunca más me verás como me quisiste hoy día.
Con ese sabor animal que he descubierto en esas islas llenas de caníbales, que se peleaban con eructos placentarios el sabor de mis palabras, si estas mismas que tu deseas escuchar desde tu oido estéril, MEGIATICO, de mamona de iglesia.
No te hagai la cucha, si a vos te digo, aunque miris pal Opus Dei, quiero que sepas que yo también fui Mirista.
Si esa misma que votó por el No pero que en realidad era un Si, o fue un Si pero era casi un No. La desubicá, ubicá. La ubicá desubicá, como te digo. Las culiaditas son muy conservadoras con el desubicatex. Es un conservadurismo desubicatexeado.
No cachai de política pero cachai de otras cosas. Y yo también cacho y también de política. Como te digo.
Te digo que la llevas en la micro, llenas de todas esas mediáticas como tu, ordenaditas, de uniforme, responsables con sus medias y escotes, tetonas igual las mierdas, e insondables con ese 48% que llevan a cuestas, esa vida oculta que nunca nos dicen.
Y tampoco me engañas con tu falta de uniforme. Eres más pinochestista que yo, eso que he sido soldado, soldado marginal, ese que no pasó der ser de cabo. Pero con la tula de hijo pará, esa de parada.
Y miro desde el vidrio, mientras esas otras, esas como tal vez, no son cómo tú, se desdoblan desde sus miradas y desde sus volantes.
Y las miro y no me hacen caso ellas.
Las de nuestros placeres imposibles. Esas fantasías morbosas que pienso y que no hago y que nos inventan.
Cuando están al volante.
Yo Voy en micro.
Me pajeo solo y no en micro, porque soy un cobarde íntimo con mis pajas. Ellas se pajean abiertamente.
Soy canibal. Soy el torturador de tu vida. Hecho en palabras lindas, esas ferpectas que siempre has querido escuchar y que sin embargo, nunca han sido parte de ti.
Porque tu esterilidad madre, la escribiste desde chica. Estabás sólo para eso, ser madre, la más María de las madres.
Tanta esterilidad que no te atreves a decirlo desde tu boca. Porque hay más hijos que seres humanos en este mundo. Esos hijos violentos que postulan, con votos de otros, a ser más humanos, según las reglas y regulaciones de otros que se creen menos canibales y más humanos, más padres y más madres.
O los que lloran desde las cárceles, esas cárceles tan bonitas y modernas que son esas mismas casas, más encerradas pero con ese aire de casi a aire acondicionado.
Tanta esterilidad en el aire, de casas cárceles. Esa esterilidad de ser un buen hijo que nunca resultó. Pero eres católica.
Y cada día tenemos más Santos. Viva la santidad estéril. Y por eso creo más en Pablo de Rokha y no en lo estéril santificado del Padre Hurtado. Y son lo mismo, no beatificados.
Dime, dime dime … dime palabras bonitas esas mismas y yo te diré lo que quieras escuchar. Desde mi iglesia, con un yo siempre imbécil.
Ese imbécil que nunca pelea, ese loco que se hace el loco, si ese mismo, que te escribe desde la locura de ser probo, de ser marketing legionario, deítico, casi perfecto, eso sí, en verdad, con uniforme de vida y casi con hijos sin sexo. A pesar de las putas, que siempre perfecciono.
En verdad sí me provocas, NO, tampoco quiero ser como ese lana pacifista que nunca hace nada, ese del Taichí, que nunca provoca nada de mi canibalismo. Porque en verdad todos podemos ser viles. Sólo hay que reconocerlo. De ahí partimos.
Todos tal vez podemos pertenecer a esas cárceles con aire casi acondicionado. La modernidad de la extensión de tu casa, legal y casi gratis. ¿Por qué Uds. no tienen también pies de esclavas libertarias?. Esas que se escapan con los pies. ¿Sin cruz y sin miedo?
O tal vez con cruz, no importa, pero con vida.
Todos podemos.
Desde el discurso, pero muchas veces sin pies. Y sin los pies no pasa nada. No los enyugues.
Porque no me gusta esta paz aparente, esta paz que es más una tregua sin mi firma.
Soy un canibal batallador, el más asqueroso, el más vil y el menos brilloso. Soy realmente una pesadilla. Y estoy solo. Estoy solo y en realidad no soy pesadilla para nadie más que para mi mismo, hasta hoy.
Y tu sigues con esa mirada provocadora desde tu volante.
No importa, tengo estas palabras, estas que nunca has escuchado porque soy vil y viril más que masculino viril, y eso que la valentía a pesar de todo, tiene esa virilidad que defiende mis propios miedos.
Por eso, tengo mis testosteronas en ciernes, esas mismas que has vivido desde la esterilidad de tu cama madre. Que en realidad como herencia, no llegó estéril. Y tú tampoco lo has sido. Practice makes perfect.
Quiero la fertilidad, esa equivocada, esa que no está en salsotecas, ni en las iglesias, ni en el Congreso, sólo esa otra, esa fertilidad de palabras prosáicas, esas que no son del Opus Dei del paraiso de los poemas.
Esas que te encienden, si esas mismas reconócelo, son francas. Son vida. Por qué sí queremos, engendraremos hijos llenos de vida caliente. Y sí no, haremos a los otros más valientes. Sí es que tú quieres.
Y te entrego poemas en forma de roca, así, no igual pero como Pablo de Rokha, que sí tuvo hijos, y fue más monógamo y vil que los otros. Si ese mismo que ya nadie lée, ese poeta que escribió desde el oido de los no sordos, aparentando palabras que en realidad nunca fueron odio, fue solo amor postergado. Porque su amor se le murió y no quiso vivir otro.
Y había poetas estériles al lado. Los que tuvieron hijos hidrocefálicos, o hijos sobrinos. ¿Sus destinos hecho poesía sin prosa carnal?
Mi poesía no se escribe desde la hidrocefalia estéril de los hijos cachos, o de los hijos sobrinos suicidados. Esos poemas son sagrados, nunca los he tocado.
Porque son premios nóbeles, porque escribieron versos de pena para hijos en cementerios lejanos, por eso escribo otros, con muertos y penas más cercanas, para que me los toquen y me las palpen.
Para que mis poemas estén en la tierra, como plantas verdes.
De Rokha los suyos, los enterró de frente, casi a sí mismo.
Yo soy demasiado vil viril con la vida, lo quiero todo, desde el placer, desde el amor, desde mi mirada ansiosa canibal.
Desde esos pezones que excudan leche desde tu no maternidad, un espejo católico de virgen María, si esa misma, esa caliente, esa que nadie entiende, esa misma, reconócelo, estás perdida.
Soy tu hijo vil con tula parada para cogerte a ti.
Y sin cruz en la frente.
A pesar de tu fé católica.
1 comentario:
0_0 me sorprendió... genial
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