jueves, 24 de diciembre de 2009

Saludo




Estimadas amigas y amigos, al acercarse el final del año, les agradecemos su colaboración, las ganas de compartir generosamente sus escritos, los que son leidos por gran número de personas, aún cuando los comentarios escaseen. Sabemos que a veces, cumplir los pasos necesarios para dejar unas palabras, se hace engorroso.
Esperamos que en el próximo año, puedan publicar sus obras, se los peleen las editoriales, sean múltiples los lanzamientos, las críticas lluevan con alabanzas, y se les nombre candidatos al Nobel que, aunque en cierta manera desprestigiado por una designación reciente, siempre viste y se lleva.
No, no he tomado nada todavía, debe ser por esa hierbita que crece solita en el patio, como el tabaco hace mal...
Deseamos éxito para todas/os, más amor, varios GB de salud y algún dinerillo.
¡Abrazos!


lunes, 19 de octubre de 2009

Acostumbrada Letanía de Lunes por la Tarde.


Por Ariel Zúñiga Núñez (Azeta Ene)



Pasear a un perro viejo es seguirlo pues no te huele ni te escucha

e ir detrás de lo que es tuyo

de algo que te quiere porque lo alimentas

desalienta


Todo para evitar la celda que se ha transformado esta casa

los vasos quebrados y las colillas arrumbadas

de la fiesta que apostaste la vida a perder

el corazón empero late tal como la cabeza abombada

la garganta seca, casi peor que el bolsillo


La ausencia de los amigos que siempre están lo suficiente

que además se quedan demasiado

como el mal vino en el paladar

los desamores en la mente

y en el catre


de los huesos arrumbados en la sábanas

amor dilapidado en las insaciables fauces de la codicia

del acuerdo lúbrico

prostitutas no asumidas de tales

personas no conscientes de tales


La fiesta a que deberías llegar una hora después

o irte una hora antes

ese trago que deberías haber dejado a medias


Tras los besos interesados

que sin embargo sonríen y seguimos como a un perro viejo

tras lo nuestro para justificar el gasto

jueves, 24 de septiembre de 2009

EL ORIGEN DE DARWIN.


Recluido en su mansión de Down House, resistiendo diversas afecciones físicas que no lo dejaban en paz, Charles Darwin se afanaba por concluir una obra que lo había ocupado durante ya más de dos décadas, desde que concluyó su viaje naval a bordo del HMS Beagle comandado por Robert FitzRoy. En su mente, las ideas de Charles Lyell se conjugaban en las innumerables especies de flora y fauna que avistó y analizó en los diversos parajes que visitó, incluso como es sabido, en nuestra propia patria. Ya había recibido un inesperado y amenazante impulso, cual viento que presagia la tempestad, al saber que Alfred Russell Wallace trabajaba en una teoría casi idéntica a la suya, siendo esto tal vez, el motivo definitivo para que en 1859 viera la luz: “En el origen de las especies por medio de la selección natural o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida”.

Este fue el preámbulo en que llegó a plantear un continuo de postulados que justifican y explican la selección natural como principio de conservación o supervivencia de los más adecuados, desde que las especies predominantes originan un mayor número de variedades, variedades que luego se convertirán en especies nuevas y distintas y ello incrementará el género al cual pertenecen, para luego surgir la correspondiente lucha por la vida entre los individuos, la cual será más intensa precisamente entre miembros de una misma especie, pues compiten por un mismo alimento. Esto a su vez, demostraba que las variaciones producidas son finalmente útiles a cada ser, toda vez que gracias a ellas tendrán mayores probabilidades de conservarse en esta lucha vital y generar descendencia.

La selección natural conduce al perfeccionamiento de cada ser en relación a sus condiciones de vida orgánica e inorgánica y en consecuencia, a un progreso en su organización. De hecho, mientras mayor sea un género, más variedad originará y su descendencia será la favorecida con dicha superioridad.

Entre las múltiples críticas que recibió Darwin desde que su obra se publicó, hubo algunas-que de hecho persisten hasta hoy si bien en reducidos círculos-que objetaban sus teorías por ser contrarias al plan divino de la creación tanto del hombre como del resto de las criaturas, en una interpretación absolutamente literalista de las escrituras sagradas, que tienen su principio elemental en que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, y aún más, lo hizo así para dominar y organizar al resto de las criaturas que habitaban junto con él el Jardín del Edén. ¿Cómo entonces podía atreverse Darwin a oponerse a este plan divino, a un mundo creado en sólo seis días, señalando que no todo fue creado de forma inmutable desde un comienzo? ¿Cómo podía llegar a concebirse que el Creador no diera vida a todas las especies desde un principio como las conocemos hoy para que el hombre las dominara, clasificara y aprendiera a convivir con ellas? Sostener lo contrario era suponer que dicho acto primigenio de creación fue imperfecto, que en realidad las especies adolecieron de ciertas fallas que luego debieron irse enmendando con el tiempo, fallas de tal envergadura que finalmente hubo especies que degeneraron en otras distintas, entre ellas: el hombre. ¡Se atrevía Darwin a insinuar, siguiendo sus postulados, que el hombre no fue creado de inmediato a imagen y semejanza de Dios, sino que primero Dios creó al mono! ¿Significa esto entonces que el mono es más semejante a Dios que nosotros mismos? ¿O significa más bien que la intención de Dios no era crear seres inteligentes sino sólo criaturas salvajes y que luego el hombre surgió por sus propios medios demostrando que Dios no existe? ¿Significa que Dios quiso crear al mono a fin de privarlo de discernimiento y evitar con ello que cayese en tentación?

Si bien tras la muerte de su pequeña hija la fe de Darwin se resintió bastante, todos los datos biográficos existentes, unido a una acabada lectura de su obra señera no conducen en modo alguno a que con su teoría pretendiera destruir las creencias religiosas de quienes profesan su fe en un Dios único y omnipotente ni por ende, que pretendiera acabar con la noción misma de Dios. Muy por el contrario, se dedicó primero a indagar con infantil y por lo mismo, prístina curiosidad y meticulosidad los coincidentes indicios de la naturaleza que forjaron luego, más de dos décadas después, su iconoclasta teoría: todo indicaba que todas las especies, incluido el hombre, habían variado, unas más que otras, y en dicha variación hubo unas que dominaron a otras sin por ello condenarlas a la extinción, pues las que efectivamente se extinguieron, como las evidencias fósiles lo indicaban, fueron aquellas que no supieron adaptarse a las nuevas condiciones de vida. La ley de la supervivencia del más fuerte era algo objetivo y evidente, lejos de pretender ser un postulado discriminatorio o clasista. El auge y desarrollo de las grandes civilizaciones de la antigüedad obedece a este mismo principio y demuestra que el hombre es parte integral de la naturaleza.

Si Dios no quiso crear al hombre inmediatamente a su imagen y semejanza fue precisamente para darle mayor valor moral una vez que lograra imponerse tras el largo y lentísimo proceso evolutivo y con eso arraigar en su corazón el triunfo del esfuerzo y por lo mismo, de la paciencia, la sabiduría y con ello, de la humildad. En lugar de ello, el hombre ha desnaturalizado su esencia, olvidando que alguna vez fue una más de las salvajes criaturas que luchaban por el alimento, creyéndose con el derecho de destruir su medio ambiente en aras a un bienestar momentáneo. Acaso ello demuestra el fracaso de la tesis de Darwin, pues pese a que él enfatizó que una especie se impondría sobre otra, jamás dijo que podría destruirla o esclavizarla al extremo de poner en riesgo su propia existencia como ha hecho el ser humano en el mundo actual. A fin de cuentas, quizás Darwin concibió al hombre como una criatura mucho más noble de lo que en los últimos dos siglos ha demostrado ser.


lunes, 14 de septiembre de 2009

Corazón coraza


El 14 de Septiembre de 1920, nace Mario Benedetti.

Comparto con ustedes uno de sus poemas

Corazón coraza

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Biografía

jueves, 10 de septiembre de 2009

El Viajero De Sí Mismo


El 10 de septiembre de 1968 el poeta Pablo de Rokha se suicidó agobiado por problemas y una fuerte depresión. Acá les dejo uno de sus tantos poemas.

El Viajero De Sí Mismo

Voy pisando cadáveres de amantes
y viejas tumbas llenas de pasado,
cubierto con cabello horripilante
del gran sepulcro universal tragado.

Acumulo mi yo exorbitante
y mi ilusión de Dios ensangrentado,
pues soy un espectáculo clamante
y un macho-santo ya desorbitado.

Mi amor te muerde como un perro de oro,
pero te exhibe en sus ancas de oro.
Wínétt, como una flor de extranjería.

Porque sin ti no hubiera descubierto
como una jarra de agua en el desierto
la mina antigua de mi poesía.

Biografia Pablo de Rokha

jueves, 3 de septiembre de 2009

Tu Vida Mi Vida.

Cuento de Ariel Zúñiga, leído por él mismo.

sábado, 22 de agosto de 2009

El desamor es más adictivo que el Amor.


Por Ariel Zúñiga

El desamor es adictivo
sus efectos son persistentes en el organismo.
Cuando se ama se piensa todo el tiempo en el amado,
cuando se es desamado se piensa aún más en el desamante.

El dolor, es más persistente que el placer
la infelicidad más perdurable que la infelicidad.
Hay quienes reparten sólo sufrimiento y angustia
y te capturan, como una droga cortada por DEA

El amor y el desamor, la felicidad y la infelicidad
te evaden de la vida y sus responsabilidades.

Hay quienes los confunden, pues son equivalentes
Aunque sus efectos,
para quienes los han disfrutado y padecido
son opuestos.

Difiere un buen polvo de una paliza,
una estocada de una caricia
para quienes sepan diferenciarlo.

El desamor te atrapa.
te angustia el ser herido
el ser herido nuevamente
el haberlo sido
y te duele el dolor mismo

Ojalá el amor tuviera esa virtud
de capturar tus emociones
de un modo tan constante y persistente
como el desamor

sábado, 15 de agosto de 2009

DD

Por Sergio Andrés Rodríguez Aranís.

En malahora
los ojos la bala entre los ojos
yo que mi esqueleto era un azadón para labrar la tierra
porque hijos tenía y el hambre arreciaba desde desde el sol a la noche
supe de sangre supe de vinos
de dolores de muela calmados con aguardiente
le inventé nombre a los pájaros
y pájaro fui algunas veces
me conoció la harina y su cayana
me conoció la aventura de obligarme
a vivir cada hora de mis días
quise descansar de vez en cuando
pero se me alargaba el aliento
entonces la puerta los caminos
el silbido del silencio

En malahora
los ojos la bala entre mis ojos
nos mataron a todos no más fijesé
nos partieron la vida en mil pedazos
a mí
por ejemplo
me dijeron no se qué dolor de mis hijos
con eso yo moría un poco más
y esas murallas de hielo dándome la espalda
y electricidad moliéndome la cabeza
y yo moría un poco más
y orina para beber
y mierda para comer
y yo moría
moría
moría un poquito más

Oscura más oscura que la brea
es mi perdida
reseca muerte

fatalidad grande la mía

domingo, 2 de agosto de 2009

Piano Bar a Secas.

Que se expresen las lenguas vivas y los demás se callen.

Por Ariel Zúñiga


Por diversos medios electrónicos me informé de la realización de un “Piano Bar” organizado por la biblioteca de Maipú. Asistí sin la menor idea de qué se trataba aunque las dos palabras del título, en su sentido natural y obvio, indican música suave y alcohol, ergo, conversación, intimidad; si el convocante es una biblioteca refiere además a literatura. Esos antecedentes deberían bastar y sobrar para aventurar qué puede llegar a ser un Piano Bar.

Pero la actividad no era sino la ceremonia de término de semestre de los talleres que operan al seno de la biblioteca del municipio lo que desplaza a la literatura de lo central priorizando en una serie casi infinita de tópicos más importantes; si tal antecedente se hubiese informado cada quién podría haber elegido perder su tiempo como bien le viniera en gana. Una amiga me había dicho ya hace un mes que el Piano Bar no le “tincaba” ya que no habría ni piano ni menos bar. Debido a que soy un optimista jubilado le dije que iría de todos modos aunque la música proviniera de un mañoso equipo estéreo y las viandas, en vez que pequenes, fueran galletas recomendadas por la doble A y las bebidas sucedáneo de café y té supremo. Lo importante era la literatura y eso valía con creces caminar tres cuadras hasta la plaza y sentarse un par de horas.

Las especulaciones respecto a la distancia sideral que existiría entre la actividad publicitada y la realizada era alimentada por la endémica costumbre a exagerar presente en algunos nichos etiológicos, en especial la de los burócratas, con mayor razón en época electoral.

Obstante a estos pre juicios, la actividad no era un choclón destinado a que apareciera el Alcalde hablando maravillas de su contribución a la cultura, las artes y la cafetería local; sólo era el término de semestre de una actividad que se realiza en la biblioteca infestada de ese servilismo provinciano en que los jefes buscan quedar bien con otros jefes, los que a su vez quieren quedar bien con todos, y en que los obsecuentes ganan espaldarazos y sonrisas a codazo limpio. Lo novedoso era el lugar elegido, amplio, incluso acogedor, aunque tan oscuro como un cine rotativo.

En una sociedad del espectáculo todos, hasta el ciudadano más modesto, se presta al juego de figurar, aunque sea por 1,5 segundos - la conocida frase de Warhol ha debido actualizarse según el crecimiento vegetativo de la población -, es por ello que no era el talento la razón por la que algunos participaron. Cuando esto es así constituye una flagrante agresión al público quien no asiste regularmente a actividades culturales, por ser poco frecuentes, y porque además existe el conocido precedente de que los figurones las hacen zozobrar. Sea el figurón que da el discurso creyendo que estamos en la época de los clubes radicales o en alguna reunión de la logia de los búfalos mojados, o aquel que descubrió las presentaciones computacionales y cree, por algún delirio modernista pasado de moda, que alguien quiere ver diapositivas que explican la belleza o la pertinencia de esto o aquello. Lo más patético de esto último es que esos feligreses de la alta tecnología por lo general son neófitos lo que hace fracasar la presentación una y otra vez exigiéndole al público una paciencia lindante en la santidad. Finalmente se coordina la música y las diapositivas y resulta que el mensaje es obvio, esperable y olvidable, en suma, prescindible. Al igual que las intervenciones de los jefezuelos que aprovechan de tonificar las cuitas en horarios de descanso, o de especular con un malogrado ego que los ha hecho buscar el podio sin otro talento que las ganas, el voluntarismo, la patudez y o el pituto. El resultado es algo peor que la de un meeting encubierto, es un exibicionismo de vulgaridades primarias que deben ser realizadas en el contexto doméstico o en hospitales bajo atenta supervisión psiquiátrica.

Todo esto, sumado y aprisionado en el mismo fardo, no hace sino provocar una estampida de los ávidos de cultura. Quien asiste a un acto como éste por su propia voluntad lo más probable es que no lo haga nunca más y que seguramente evite muchas otras que se publiciten de ese modo. Cuando alguien se intoxica comiendo prietas su cuerpo rechaza las cebollas, las nueces y la carne roja; la forma de lidiar con nuestros traumas es clausurando puertas y así evitamos lo placentero para no sufrir. ¿Volverá a un evento parecido un joven en que sus padres con suerte leen “las últimas noticias” y asiste a una actividad como esa? Cuando algunos se preguntan sobre la escasa convocatoria de estas actividades o porque su público cautivo envejece irremediablemente, sin posibilidad de renovación, deben partir de la base que en la era digital nadie se sienta dos horas en un sitio en forma voluntaria para ser aburrido de modo continuo y sistemático.

Si todo esto no fuera suficiente, además, la banalización de la imagen debido a la democratización de los medios fotográficos hace comportarse a los individuos como una especie de yonquis del enfoque, incapaces de vivir sus vidas al momento que las viven pues están sacando fotos como turistas japoneses. El monopolio en un asunto como este tenía sus ventajas: Desde luego que había que soportar al prepotente fotógrafo del pueblo que podía cobrar un ojo y la mitad de otro por una foto que veremos dos veces y guardaremos. La proliferación de la cámara digital hace que todos los primates miméticos se sientan autorizados a poner sobre los derechos de los demás su neurótico clicqueo; nuevas cámaras capaces de fotografiar en silencio, a completa oscuridad, en movimiento y a cincuenta metros del objetivo pero que algunos, quizá como un modo de lidiar contra el aburrimiento, deben atropellar a todo y todos por contarse en uno más de los paparazzos. Nuevas cámaras que en una computadora pueden compartirse en forma gratuita a todo el mundo pero cada uno quiere la suya, una foto que nadie verá.

Todas iban a ser reinas, y todos famosos. Desde los escritores de comuna hasta los actores aficionados. Todos instan, o para decirlo en perfecto chileno, hinchan cuanto sea necesario las pelotas para que los vean, aplaudan o reconozcan. El talento no es ni el motivo ni la motivación de sus actos, ni quieren figurar por sus dotes innatas ni quieren en modo alguno adquirir las herramientas que ostensiblemente requieren si de figurar profesionalmente se trata: Quieren figurar y punto.

Así que la literatura no era la invitada a este piano bar, tampoco el bar, y el piano careció de la centralidad que precisaba. El niño pianista en su breve concierto se esmeró en demostrar su buena técnica lo que eclipsó su talento, ni la juventud es buena por sí misma ni la vejez; a todos las mezquinas estrellas esquivaron sus dones por igual. La falta de alcohol, además, a ratos se tornaba insostenible. Vi a varios extras bebiendo copas al modo “hasta verte cristo mío”, quienes conscientes del aburrimiento generalizado, insisto, capaz de producir daño físico y cerebral a mediano plazo, actuaban en sordina y bebían a traición.

Pero aunque la literatura era la convidada de piedra finalmente se impuso. El grupo de poesía avanzada de Sergio Rodriguez demostró cuánto se es capaz de hacer cuando los escritores se dedican a escribir. Parafraseando a las nuevas versiones de Heródoto y sus relatos sobre las Termophilas: “Ustedes qué hacen: escribir, escribir, escribir”. Eso es todo. Eso no significa que la escritura deba quedar guardada en un anaquel juntando polvo, o en la biblioteca comunal que casi es lo mismo, deben buscar el modo que esa voz se escuche entre tanto ruido y figurón que monopoliza el éter. Cuando Rodriguez comenzó un largo y aburrido discurso pensé que todo iba a estar tan mal como lo anterior; asemejaba a los perros ladrando antes de un terremoto. Pero la poesía abrió el corazón del auditorio, descargó las pilas de los fotógrafos condenándolos a sus respectivos asientos, de pronto las palabras dejaron de ser una agresión en contra del silencio. La Vie et Rose y Hello Dolly en la versión de Louis Armstrong, Duke Ellington. ¿Cuán perfecto habría sido todo si el pianista los hubiese acompañado y si un saxofonista se añadía? No presentaron sus mejores trabajos, tampoco estaban todos los buenos poetas de aquel grupo, sin embargo hicieron lo suyo. Uno tras bambalinas me dijo “es que nosotros nos aprendimos nuestros textos”. Él lo percibió así desde el escenario, está equivocado, el tema es otro: Poetas a la poesía y punto. Mientras el prolífico grupo de Rodriguez crece en su autonomía y anonimato otros, como el de Floridor Pérez en la chascona, muestran sus obras a la comunidad usando los medios tecnológicos disponibles. ¿Qué bello habría sido filmar la presentación de los poetas maipucinos? No por la compulsión por el registro sino para que otros pudieran asistir y respirar la magia, para que los vean en un colegio rural del altiplano o la patagonia, para que muchos puedan vivir la experiencia dulce eludiendo a la agraz.

Del grupo de literatura preferiría no extenderme pero sería de mal gusto. Insisto, ¿Escritores qué deben hacer? Escribir, escribir, escribir. Pero no deben tampoco escribir cualquier cosa; se debe vivir y leer, y si eso no es posible leer cuatro veces más. Y aquellos que se las dan de escritores deben forzosamente tolerar a aquellos que nos las damos de críticos.

No soy de los que defienden a los libros por ser libros, hay algunos que deberían estar exentos de impuestos y otros que deberían tributar diez veces al igual que el cigarrillo y el alcohol. No me parece sano que los niños lean a Harry Potter ni que los adultos lean The Secret, ese tipo de basura que genera daño seguro a la salud cultural de los pueblos debería contribuir en relación a sus nefastas consecuencias. Por lo tanto el que en Maipú se escriba no es un asunto que deba importarnos en lo más mínimo. Que algunos escriban bien es lógico puesto que nuestra comuna tiene tantos habitantes como algunas capitales europeas y casi su mismo nivel de instrucción; sobre una base poblacional así deben existir algunos capaces de juntar una palabra con la otra. El tema a relevar es sobre de qué se escribe. El año pasado se intentó una repasada por el ensayo pero sólo un par de trabajos pasaron el umbral de la carta al director. Con el cuento el asunto se ha agravado al punto de llegar a una situación de colapso con lo del guión teatral; el curso, debido a que se ha transformado en una terapia privada para algunos, redunda en que el grupo en sí mismo se ha convertido en un rechazo de plano para el joven que quiera incorporarse. A causa de lo anterior a parte de envejecer física y mentalmente su materia prima se encuentra sumida en un estancamiento creativo que su presentación no hizo más que dejar en evidencia. Cuando las ventanas no se abren los pulmones no trabajan bien y eso afecta finalmente a la pluma. Con el taller de creación teatral se pretendía plasmar tridimensionalmente las historias producidas por el grupo, pero éste al decaer ya no tiene historias que valgan la pena compartir; al transitar de grupo de estudio a círculo de amigos ya nadie es capaz de decirse o reconocer que están haciendo todo mal. Si alguien lo hace no lo escuchan, lo juzgan de acuerdo a la epistemología de manada o los hacen nadar con un cómodo calzado de hormigón. No se trata que el costumbrismo esté pasado de moda, que sus principales exponentes sean actualmente los nombres de algunos colegios provincianos y nadie menor de setenta años los lea, cada cual debe escribir como se le venga en gana. Mi pregunta es, si ya existe por ejemplo un Luis Rivano ¿Para qué necesitamos a un Mario Cáceres? El costumbrismo puede ir desde la historia de la vaquita buena moza que a nadie le interesa hasta la de patos malos que hablan un coa barroco y mitológico, descontextualizado, en fin, lenguas muertas. Ese tipo de literaturita provoca aplausos y galardones en un público iletrado pero jamás traspasará la barrera del callejón de los perros o de la contemporaneidad. Esa escritura no es algo de lo cual los maipucinos debemos sentirnos orgullosos pues se ha transformado en un vicio doméstico como cuando algún grupo de seres humanos consideran divertido echarse pedos. Es decir, no es un aporte de Maipú a la humanidad; la escritura es algo más que una reunión de palabras y los escritores fundamentales no se construyen actuando como meretrices ardientes de aplausos independiente de quien provengan.

Tres fueron los cuadros que presentaron. En dos de ellos se asumió que el público estaba compuesto por doscientos pelmazos incapaces de comprender el contexto si es que no se les avisaba antes. Juzgar al público de antemano, y además considerarlo estúpido, no parece más que una proyección freudiana de los artífices de la “lectura teatralizada”. El carácter de superamigos que ha adquirido paulatinamente el grupo impidió que alguien realizara la labor de director, o que lo hiciera bien, lo que redundó en que se perdiera todo lo bueno de algunos textos. Es el caso de la teatralización del brillante cuento de Sofia Parada, que actuó ella misma. El galán, la muerte, no la acompañó en lo más mínimo y además la falta de un director diligente llevó a que se “hiciera una presentación de la obra” y luego se realizara un final explicativo, a prueba de idiotas, de la misma. Se perdió la fuerza de un remate explosivo y audaz, además de un contenido universal admirable, no sólo extramaipucino. Y más aún, nadie moderó la cantidad de cebolla que se le agregó a ese caldo, la que tampoco estaba amortiguada, por lo que produjo lágrimas y aún le repite a algunos comensales.

Luego vino un sketch, mejor actuado, sin duda más ensayado, pero que al ser tan básico el guión era una cabal muestra del desprecio a priori que se tenía por el público.

Finalizaron con una obra destinada al formato televisivo, o más bien pasamos del piano bar al café concert, e insisto, sin una gota de alcohol para los maltratados asistentes. Un texto como dije antes costumbrista, incluso populista. Para hacer magia se debe correr riesgos y aquí no se tomó ninguno, en vez que agudo se fue vulgar, y en vez que crítico bufonesco. Los personajes no eran tales sino que caricaturas, sin mundo, sin vida, despojos humanos a los cuales se les había tatuado un estereotipo unidimedionalmente. La crítica no es a la puesta en escena, no es a la dirección, a la iluminación o al sonido, es a lo que se supone sabe hacer muy bien cada uno de los actores de ese cuadro: Literatura. Ya lo he dicho en otras oportunidades, allí hay algunos que podrían escribir novelas del corazón o guiones para telecine, ganarían dinero, vivirían bien, poseen los requerimientos técnicos para acometer esa tarea ¡Pero que por favor no me vengan con que eso es un aporte a la literatura! Eso es escribir para la industria del entretenimiento no para incluirlos en un selecto grupo junto a Balzac o Dostoyevski. Esos tipos vaya que escribían, y eso hicieron los del grupo de Sergio Rodriguez lo que hace buena su representacion aunque terminara siendo impopular, aunque fuera al costo marginal de eventuales pifias. Mientras unos despreciaban al público otros dijeron esto hacemos, esto somos; los aplausos fueron una corona no un basurero.

Los grupos de literatura básica estuvieron a la altura de su básico entrenamiento. No es justo para el público el que se los incluya junto a otros que se dedican a escribir, lo hagan bien o mal; poesía y literatura avanzada no es un grupo de aficionados y deben ser juzgados como tales. Algo a mala copia de otras malas copias exudaba el grupo de Sanchez, de esa poesía a la moda, de ese posmodernismo estético es decir, esnobismo de quinto enjuague. Hay una pluma ahí que signa el destino de muchos, y si nuevamente el grupo realiza una obra colectiva en que parece estar escrito por la misma persona es porque algo falla. En vez que identidad de grupo necesitamos individuos universales capaces de comunicarse con todos los mundos y épocas, eso es la literatura lo otro es cohelismo. Gran parte de la cultura es imitación y adaptación pero el arte comienza donde termina la copia.

Finalmente el municipio, una vez más, hizo pesar las tres chauchas que coloca para que estas actividades, exitosas o fallidas, se realicen en su seno. Es vergonzoso que la directora de la biblioteca parlotee y reparta diplomas pues, que yo sepa, a lo más escribe cartas de recomendación. Esa es la actitud propia de Sancho gobernando su ínsula que torna en patética cada actividad pública en nuestra comuna. No entienden ni entenderán que ellos no están regalando camisetas a un club de barrio y que lo que hacen ni es caridad ni menos justicia, siendo indulgentes a penas es su trabajo. La tercera comuna más rica del país, dueña de las fuentes de agua de toda la zona poniente de Santiago, y de una altísima recaudación comercial e industrial, tira dos pesos al tarro de la cultura y más encima después los cobra en relaciones públicas. Necesitamos más recursos, mucho más, y necesitamos respeto. Un municipio tan rico por lo menos debería becar al año a algún joven o a algunos para que escriban a tiempo completo, y tal derecho debería alcanzar a personas fuera de la comuna de modo que la biblioteca de Maipú sea un faro en vez que un quiosco. Ni siquiera se comprende que los que asisten a estos talleres carecen de recursos y por lo tanto no pueden elegir entre este curso y otros. Además es un trato vejatorio el que se considere dádivas municipales el brindar un espacio para que algunos enaltezcan a la comuna mientras los “dadivosos” lucran con dicho prestigio mal habido.

Que todos esos burócratas faciliten el trabajo que no comprenden, que abran la puerta, que sirvan el café y dejen que los lectores lean y los escritores escriban pues cuando cada uno hace lo suyo todo está bien. Una biblioteca debe ser el reino de los sabios no un enclave más de la ley de la selva.



sábado, 4 de julio de 2009

La belleza del invierno en nuestro santiago querido

Si el otoño es la estación más linda del año, el invierno no
lo hace nada de mal,-miren este árbol-, es como si hubiesen pintado las hojas alternando el verde y el amarillo, quizá les pueda parecer común pero no por eso deja de ser una hermosa maravilla.

miércoles, 24 de junio de 2009

Puta


Soy una puta. Una de esas que lloran después de recibir su paga. Yo no sé si existen esas putas, pero yo soy de esas, que no pretenden ganar dinero, sino lascivia. Llenarme de pensamientos obscenos y repartirlos en la calle como dulces. Pararme en las esquinas de mi barrio pregonando que la vida es una carrera de violencia y sexo. Soy una puta llorona que se esmera por corresponder amores heridos y callejeros. Que no perdona que la dejen tirada, pero que los golpes se los come con tantas ganas como placer. Ya no me visto después de hacer un servicio, no soy una puta con vergüenza, la he perdido a tanto roce femenino. Tanto purgar penitencias de otras mujeres que se ven al espejo y se encuentran bonita. Yo soy esa puta loca que se orilla en las calles mordiendo las paredes para no sentirse tan herida. Porque el mundo se me ha echado encima como tanto hombre que anda por ahí en las calles, libre, porque los hombres no tienen conciencia. Se les va la vida yendo de puta en puta, sin aprender a dejar la puerta cerrada para que nadie me vea romper a llorar por cuatro pesos que ha dejado tirados en un velador, en algún motel, de alguna ciudad…. De cualquier lugar del mundo.

domingo, 31 de mayo de 2009

Poesía para el Sexo

Las gotas de amor que caen sobre tu frente cuando transpiro contigo, son transparentes, son cuando te miro, son también el brillo de mi mirarte con esa lujuria de decirnos,  no nos bañemos nunca para adorarnos, en ese mar de placeres que nunca antes sentimos.

 Esa gota erótica que se resbala desde nuestras frentes hasta tu boca, me quema la lengua candela desde tus labios calientes, para yo atraparla en comisura, y me llenes la  más recóndita esquina de mis placeres pendientes.

 Las gotas de amor que caen sobre mi frente cuando transpiras conmigo, son notas de amor y arenas ardientes. Son aquellas palabras que nunca dijiste, pero marcaste con lava para siempre, tu amor de rush hoy conmigo.

jueves, 28 de mayo de 2009

Delirio

La construcción de la poesía es tan liviana como la pluma que voló desde esa ventana, si esa misma que nunca te atreviste a adorar cuando eras niña. Y dejaste de serlo y se acabaron mis palabras finas.

Esa poesía que te escribía con pétalos de rosa. Si, esa por la cual lloras hoy día. Si, esa misma que despreciaste. Eyaculo en tu cula, aguántate esa. Y pensar que me corría la paja contigo.

Si llora no más, llora tu llanto romántico de gueones con moto y chaquetas de cuero, si llora no más, los gueones con cuento, los ferpectos. Bueno yo siempre fui invisible. Pa vos, la tetona rica, la antitesis de los nerd, la más rica de todas.

Y actúo por venganza, y se llama la venganza de las cachas sin hijos. Porque ya te caché. Uso toda la parafernalia. Gracias a tu cientifismo tecnológico.

Si, lée no mas, lée. Léeme estas letras, léeme el tatuaje en mi pico.

Léeme mi inglés, mi japonés, léeme todo, léeme mis calzoncillos de seda. Seré mono pero todos en este siglo se visten de seda.

Con eso de la globalización.

Yo soy uno de esos.

Sólo que más que antes porque yo era de antes. Mi seda es más vieja. Más suavecita, por ser más delgada. Rico.

La seda de las palabras en mi tinta, como lo calamares, vienen desde mis pares, yo soy anfibio, reptil, quizás un saurio, soy un alado, tímido alguna vez, vengativo, pero persisto en esos millones de años.

Y también me como la seda de mis propias palabras, soy un ex nerd amfibio, el de los peores y el de que nunca te librarás porque ya te engullí.

Soy tu pesadilla porque nunca más me verás.

Ay nunca más me verás como me quisiste hoy día.

Con ese sabor animal que he descubierto en esas islas llenas de caníbales, que se peleaban con eructos placentarios el sabor de mis palabras, si estas mismas que tu deseas escuchar desde tu oido estéril, MEGIATICO, de mamona de iglesia.

No te hagai la cucha, si a vos te digo, aunque miris pal Opus Dei, quiero que sepas que yo también fui Mirista.

Si esa misma que votó por el No pero que en realidad era un Si, o fue un Si pero era casi un No. La desubicá, ubicá. La ubicá desubicá, como te digo. Las culiaditas son muy conservadoras con el desubicatex. Es un conservadurismo desubicatexeado.

No cachai de política pero cachai de otras cosas. Y yo también cacho y también de política. Como te digo.

Te digo que la llevas en la micro, llenas de todas esas mediáticas como tu, ordenaditas, de uniforme, responsables con sus medias y escotes, tetonas igual las mierdas, e insondables con ese 48% que llevan a cuestas, esa vida oculta que nunca nos dicen.

Y tampoco me engañas con tu falta de uniforme. Eres más pinochestista que yo, eso que he sido soldado, soldado marginal, ese que no pasó der ser de cabo. Pero con la tula de hijo pará, esa de parada.

Y miro desde el vidrio, mientras esas otras, esas como tal vez, no son cómo tú, se desdoblan desde sus miradas y desde sus volantes.

Y las miro y no me hacen caso ellas.

Las de nuestros placeres imposibles. Esas fantasías morbosas que pienso y que no hago y que nos inventan.

Cuando están al volante.

Yo Voy en micro.

Me pajeo solo y no en micro, porque soy un cobarde íntimo con mis pajas. Ellas se pajean abiertamente.

Soy canibal. Soy el torturador de tu vida. Hecho en palabras lindas, esas ferpectas que siempre has querido escuchar y que sin embargo, nunca han sido parte de ti.

Porque tu esterilidad madre, la escribiste desde chica. Estabás sólo para eso, ser madre, la más María de las madres.

Tanta esterilidad que no te atreves a decirlo desde tu boca. Porque hay más hijos que seres humanos en este mundo. Esos hijos violentos que postulan, con votos de otros, a ser más humanos, según las reglas y regulaciones de otros que se creen menos canibales y más humanos, más padres y más madres.

O los que lloran desde las cárceles, esas cárceles tan bonitas y modernas que son esas mismas casas, más encerradas pero con ese aire de casi a aire acondicionado.

Tanta esterilidad en el aire, de casas cárceles. Esa esterilidad de ser un buen hijo que nunca resultó. Pero eres católica.

Y cada día tenemos más Santos. Viva la santidad estéril. Y por eso creo más en Pablo de Rokha y no en lo estéril santificado del Padre Hurtado. Y son lo mismo, no beatificados.

Dime, dime dime … dime palabras bonitas esas mismas y yo te diré lo que quieras escuchar. Desde mi iglesia, con un yo siempre imbécil.

Ese imbécil que nunca pelea, ese loco que se hace el loco, si ese mismo, que te escribe desde la locura de ser probo, de ser marketing legionario, deítico, casi perfecto, eso sí, en verdad, con uniforme de vida y casi con hijos sin sexo. A pesar de las putas, que siempre perfecciono.

En verdad sí me provocas, NO, tampoco quiero ser como ese lana pacifista que nunca hace nada, ese del Taichí, que nunca provoca nada de mi canibalismo. Porque en verdad todos podemos ser viles. Sólo hay que reconocerlo. De ahí partimos.

Todos tal vez podemos pertenecer a esas cárceles con aire casi acondicionado. La modernidad de la extensión de tu casa, legal y casi gratis. ¿Por qué Uds. no tienen también pies de esclavas libertarias?. Esas que se escapan con los pies. ¿Sin cruz y sin miedo?

O tal vez con cruz, no importa, pero con vida.

Todos podemos.

Desde el discurso, pero muchas veces sin pies. Y sin los pies no pasa nada. No los enyugues.

Porque no me gusta esta paz aparente, esta paz que es más una tregua sin mi firma.

Soy un canibal batallador, el más asqueroso, el más vil y el menos brilloso. Soy realmente una pesadilla. Y estoy solo. Estoy solo y en realidad no soy pesadilla para nadie más que para mi mismo, hasta hoy.

Y tu sigues con esa mirada provocadora desde tu volante.

No importa, tengo estas palabras, estas que nunca has escuchado porque soy vil y viril más que masculino viril, y eso que la valentía a pesar de todo, tiene esa virilidad que defiende mis propios miedos.

Por eso, tengo mis testosteronas en ciernes, esas mismas que has vivido desde la esterilidad de tu cama madre. Que en realidad como herencia, no llegó estéril. Y tú tampoco lo has sido. Practice makes perfect.

Quiero la fertilidad, esa equivocada, esa que no está en salsotecas, ni en las iglesias, ni en el Congreso, sólo esa otra, esa fertilidad de palabras prosáicas, esas que no son del Opus Dei del paraiso de los poemas.

Esas que te encienden, si esas mismas reconócelo, son francas. Son vida. Por qué sí queremos, engendraremos hijos llenos de vida caliente. Y sí no, haremos a los otros más valientes. Sí es que tú quieres.

Y te entrego poemas en forma de roca, así, no igual pero como Pablo de Rokha, que sí tuvo hijos, y fue más monógamo y vil que los otros. Si ese mismo que ya nadie lée, ese poeta que escribió desde el oido de los no sordos, aparentando palabras que en realidad nunca fueron odio, fue solo amor postergado. Porque su amor se le murió y no quiso vivir otro.

Y había poetas estériles al lado. Los que tuvieron hijos hidrocefálicos, o hijos sobrinos. ¿Sus destinos hecho poesía sin prosa carnal?

Mi poesía no se escribe desde la hidrocefalia estéril de los hijos cachos, o de los hijos sobrinos suicidados. Esos poemas son sagrados, nunca los he tocado.

Porque son premios nóbeles, porque escribieron versos de pena para hijos en cementerios lejanos, por eso escribo otros, con muertos y penas más cercanas, para que me los toquen y me las palpen.

Para que mis poemas estén en la tierra, como plantas verdes.

De Rokha los suyos, los enterró de frente, casi a sí mismo.

Yo soy demasiado vil viril con la vida, lo quiero todo, desde el placer, desde el amor, desde mi mirada ansiosa canibal.

Desde esos pezones que excudan leche desde tu no maternidad, un espejo católico de virgen María, si esa misma, esa caliente, esa que nadie entiende, esa misma, reconócelo, estás perdida.

Soy tu hijo vil con tula parada para cogerte a ti.

Y sin cruz en la frente.

A pesar de tu fé católica.

jueves, 21 de mayo de 2009

Una Breve Charla Con Mario Benedetti.

A principios de los noventa, aprovechaba las tardes luego del liceo para vagar por la capital. Generalmente en busca de libros o de las escasas actividades culturales que un Santiago gris, adormecido, ofrecía. En una primavera llegué a la feria del libro en la Estación Mapocho. Ingresé gratis, por ser escolar y vestir uniforme. Luego de varias vueltas llegué al pequeño local de la editorial sudamericana en donde un papel tamaño carta, escrito con un plumón -seguramente un fulton- se leía: "Hoy, Mario Benedetti". Miré hacia el fondo del modesto local, de dos metros de ancho y tres de fondo, y como un niño castigado, con los mismos ojos brillantes de emoción, estaba nada más y nada menos que uno de los escritores más ceĺebres del momento. Me acerqué con timidez y le pregunté dubitativo ¿Es usted Benedetti?. Me respondió que sí, y sus ojos brillaban aún más como si aquel niño tuviese entre manos otra travesura. Un hombre mayor, un tanto más bajo que yo, algo rechoncho, me miraba esperando una pregunta mientras extendía su mano para saludarme; se notaba un poco desorientado, incluso somnoliento, ya que a nadie parecía importarle lo más mínimo su presencia. A mi tampoco me parecía un suceso extraordinario, de los autores que había leído no lo tenía considerado como el mejor, tampoco cerca de ello.

- Sabe Don Mario, estoy leyendo su novela La Tregua...
- Ahh, qué interesante ¿La andas trayendo?

Quedé perplejo, pues me parecía que quería firmarla a toda costa. Ese día no la traía en mi mochila, pero si la hubiese cargado habría dudado en ofrecérsela pues era de aquellas ediciones piratas peruanas que se conseguían por quinientos pesos en la plaza Almagro. Aún no terminaba la novela y luchaba porque no se desojara en mis manos. Si se la pasaba capaz que se molestara o que lo hiciera alguien de la editorial pues sus libros costaban mucho más de diez veces que el mio, y se ofrecían en bellas ediciones en hojas blancas bien encoladas.

- Pero no la traje hoy.
- Pues traela mañana y te la firmo -me respondió, ya más locuaz-.
- ¿Va estar aquí?
- Aquí aquí, no creo. No me han dicho todavía donde. Mañana recito y va a venir algo de público, espero.
- ¿Va a leer alguna de sus novelas?
- Algunos fragmentos y también un poco de poesía.
- ¿Usted es poeta también? - dije asombrado-.
El se rió, de pronto era un niño gordo riéndose a carcajadas.
- Si, también escribo un poco de poesía.

Me despedí. En la mañana cargué el libro, tratando que no se desojara. Después del liceo caminé hasta la Estación Mapocho. Una larga fila de personas aguardaba poder entrar. Le consulté a una de ellas qué pasaba:

- Qué, acaso no sabes, hoy está Mario Benedetti - me respondió airada una mujer al tiempo que me recriminaba por mi ignorancia-.

Una hora de fila y logré escabullirme, detrás de unas cortinas logré divisar a mi contertulio del día antes. Miles de personas en la sala el Zócalo, en el subterraneo, y no había más música que la poesía. Al finalizar cada pieza los aplausos, los gritos, los sollozos de las personas que lloraban al recordar los sueños rotos, las esperas, las ausencias, todo aquello que el poeta había simbolizado como el único tablón flotando a la deriva.

Recordé algunos, y me dí cuenta que habían sido utilizados en el "Lado Oscuro del Corazón" de Eliseo Subiela, que otros los había escuchado o leído, pero que nunca había retenido el nombre del responsable.

La primera visita de Benedetti a Chile después de la dictadura era una mezcla de ritual pagano y de concierto de Rock. El público se contenía para no atropellar a los demás, y besarlo como si se tratara de Mick Jagger.

Al finalizar el recital el poeta tuvo que salir custodiado, mi libro aún más arrugado que antes había precipitado hasta el fondo de la mochila de mezclilla.

Aún conservo el viejo tesoro, aún no esté firmado para mi vale mucho.

Cuando la vida me regaló más años pude comprender mejor "La Tregua". En el liceo hasta vimos la película, pero para comprender debía hacerla carne. El sexo casual del viejo y la joven que se conocen en un autobus, que inspiró la bella balada de Oscar Andrade llamada como el libro, al vivirla años más tarde la sentí como un deja vu. Al pasear por Montevideo creí encontrar en cada esquina tomando una Pilsen al poeta, el que nuevamente me preguntaría si traía la vieja edición pirata de su novela.

A quien quiera brindar por Benedetti le sugiero que no se apure. Lea "Gracias por el Fuego", una maravilla de novela, vea la adaptación fílmica de la Tregua y el "Lado Oscuro del Corazón" aunque parezca demasiado dulzona. Viaje a Concepción, un Montevideo muy cercano en el cual quizá conozca alguna bella joven que le recuerde que aún está vivo. Y escuche la Tregua, de Oscar Andrade. Luego se dará cuenta que es irrelevante que Benedetti haya muerto, pues sigue estando con nosotros en todas partes.

Ariel Zúñiga, Maipú 21 de Mayo de 2009.

Canción La Tregua de Oscar Andrade en Youtube.

Sobre la película La Tregua, Vida en 35 mm

Para una Visión Menos Heroica de Benedetti, lea la crónica de Roger Bartra sobre su participación en la Casa de las Américas.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Revista Tinta y Barrotes.

Año 1 Nº1
Realizado por el Taller Literario del Centro de Detención Preventiva de Puente Alto.

Directora: Lorena Díaz Meza.
Subdirector: Julio Esperguel Santander.
Editor: Esteban Messina Flores y Alfonso Berríos.
Diagramación: azeta.
Secretario: Cristian Rojas Retamal.
Fotografías: Rodrigo Hernández.
Colaboradores directos: Héctor Morales, Leonardo Isla, Marcelo Riquelme,
Luís Riveros, Luís Álvarez, Marcelo Aránguiz, Sebastián Arancibia.
En esta oportunidad colaboraron: Mario Farías Sepúlveda, Consuelo Tapia, Hernando Vega Oreña, Palmenia San Martín, Fernanda Urrea, Daniel Choque Pino, Connie Tapia Monroy, Francisco Elkin Rocuant, Eduardo Mena Zapata, Carlos Beltrán Soto, Patricia Franco, Alan Maitland, Jonathan Lokinivic, Pilar Arratia, José Manuel de la Fuente, Rodrigo Cadegar y Ariel Zúñiga.
Además nos brindaron su apoyo y trabajo: Diego Muñoz Valenzuela y Leo Lobos.

Descárguela Aquí en Pdf e imprímala usted mismo.

jueves, 26 de marzo de 2009

¡ULTIMA HORA!

Por razones de fuerza mayor, se suspende la reunión del Círculo Literario de Maipú, programada para mañana a las 19 horas, hasta nuevo aviso.

sábado, 21 de marzo de 2009

REUNIÓN CÍRCULO LITERARIO DE MAIPÚ

La reunión se efectuará el próximo Viernes 27 de marzo a las 19 horas, en la sede de la Junta de Vecinos "Manuel Blanco Encalada" ubicada en Guayaquil, esquina El Porvenir.

jueves, 5 de marzo de 2009

Tumbas


Es tarde o es precisamente la hora justa para hacerlo todo. Una hora se me cae de los ojos en forma de lágrima con rimel. Cae negra y agüachenta, consumida así misma por el calor que se provoca. El tiempo se detuvo en la punta de mis dedos, que se clavaron en una piel triste, que volvió de la muerte con las heridas intactas. Volvimos de la muerte, como la piel. Negros de tanto roce con el fuego. Dándole al tiempo un respiro para que nos reboten los años en cualquier centímetro del cuerpo.
Es tarde, para dormirse en una jaula de pájaros azules. Para quedarse despierto con las manos moradas de tanto frío que se cuela.
A esta hora, precisamente en este instante, odio tanto adjetivo que chorrea como miel. Tanto adjetivo no sirve para calmar la infección de palabras que se acumula en mi cabeza. No hay tanta consistencia, ni tanto pasadizo secreto como para esconderse.
Pasó una hora y nadie se ha dado cuenta. Los segundos pasaron como fantasmas frente a tumbas viejas. Tumbas de padres o abuelos, que se nos murieron en el pecho, cuando aún no sabíamos hablar o pedir pan. Se nos murió el hijo que faltaba por nacer, ese que nunca pensamos en tener, pero ahí está, en algún nicho del cementerio, sin ver como pasa el tiempo, porque se detuvo en este pueblo, al interior de unos ojos despoblados. No hay lloronas que giman compungidas por tanta injusticia en esas tumbas.

sábado, 7 de febrero de 2009

Ruidos.

Por Ariel Zúñiga Núnez


Al principio era un leve crepitar dentro de las murallas que se confundía con el sonido de la madera y el adobe al contraerse y expandirse ante las oscilaciones térmicas; luego un desenfadado e incesante desfile que no respetaba ni las horas de sueño ni las de la vigilia. Quizá era por lo difícil que habrá sido para cualquier ser comprender mis horas de descanso, las cuales no se correspondían ni con los días ni con las noches, ni con los lunes ni los domingos; mientras estaba despierto me encontraba abrumado o por el calor soporífero o por el hielo que se colaba por las calaminas, y sino era eso era cualquier otro asunto desde el palpito cardíaco hasta las infaltables goteras. El dormir era una mezcla de dolor de espalda y cabeza que a ratos se agazapaba tras dolores más intensos producidos por pesadillas que no eran más que recuerdos y legítimas lucubraciones.

Al principio los mil rostros de la abulia se interponían entre el calvario y el exterminio, o quizá la molestia tangible de las ratas invadiendo mi habitación, consumiendo mis precarios víveres y destruyendo, a mordidas y rasguños, aquellas murallas que con tanto esfuerzo una vez empapelé, me hacían sangrar evitando el estallido. Vieja medicina para viejos asuntos, unas sanguijuelas por aquí un concho de vino picado por acá, papel de diario, mentolato, combatiendo la metástasis de la vida misma, el zumbido que en baja frecuencia lo destruye todo empezando por tus ambiciosos planes de ir a la ferretearía con los últimos pesos y comprar veneno, y luchar por no querer comértelo mezclado con ramitas y souflé de papas.

Al principio eran las murallas y los alimentos, luego los libros y mis apuntes. Mi cama olía a mis orines y a los meses sin bañarme pero aún el olor de su cuerpo se asomaba conspirando contra el cansancio y alimentando las pesadillas; el resto de la habitación a los orines de los nuevos habitantes los cuales ya no esperaban la oscuridad para pasearse, comerse mis muebles, fornicar y reproducirse. Nunca sabía si alcanzaría el control remoto al estirar mi mano, si es que tenía fuerzas para ello, pero si miraba la televisión frecuentemente divisaría a algún coludo acróbata pendiendo de la antena.

Hoy no lucharé contra sus mordidas, quizá me permitan conciliar el sueño o, quién sabe, quizá me despierten.

viernes, 23 de enero de 2009

http://centroculturalotrosur.blogspot.com/

Dejo este link, me pareció interesante.

Saludos

domingo, 18 de enero de 2009

Sur.

Escuche en Mp3




El mito enseña que hasta Colón, todos los seres humanos en la tierra pensaban que el mundo era plano. ¿Cómo es posible que Isabel la Católica empeñara sus tesoros en un proyecto tan absurdo?

La verdad es que la circularidad de la tierra ha sido conocida desde tiempos inmemoriales. Ya que los textos escritos más añosos provienen de quienes a la postre fueron nuestros conquistadores, se les suele señalar a ellos, a los antepasados de los europeos, como los primeros astrólogos. Al contemplar las estrellas hacia el norte se observaba, y se observa, una danza estelar, más bien una ronda. Gracias a ello desde hace miles de años los sabios de todas partes han sabido que la tierra es redonda y que su eje de rotación se asoma en el norte.

¿Y el sur?

Los pueblos amerindios obtuvieron avances científicos y técnicos considerables antes de ser subyugados por la espada, la armadura, el caballo y la ambición desmedida. Para controlar la agricultura al punto que lo hicieron, hasta hoy es posible distinguir las terrazas con que cultivaban sus alimentos los incas en escarpados acantilados en el norte de Chile y el sur del país, tuvieron que dominar estas artes con la misma prolijidad, y quizá más, que los egipcios. La gran diferencia del Imperio Inca, los Mochica, la cultura Nazca, etcétera, es que el norte que servía de referencia para casi todos era el sur. La cruz del sur.

Es que el sur es lugar históricamente menos poblado de la tierra. No es por que posea menos planicies ya que el aporte de la Antártida es significativo, sino que en gran parte ha sido inhabitable. Hasta hoy la patagonia chilena y argentina se cuenta como uno de los lugares con menos habitantes en el mundo pese a poseer agua y un clima casi tan hostil que la mayor parte de Europa. Sólo es comparable a Siberia y Alaska.

La fascinación que produce el sur es dada por su excepcionalidad y gracias a los mitos de los conquistadores sobre éste. El mismo nombre patagonia se originó porque los europeos encontraron grandes huellas en la nieve producidas por un rústico calzado.

Magallanes, Shackleton, Amundsen, James Cook entre otros grandes navegantes y descubridores, han sido arrastrados hacia ese gran imán para los sueños que es el sur. Así como una gran yacimiento de hierro en Groenlandia alinea todas las brújulas hacia el norte, el cabo de hornos signa la huella de los renegados, de los corsarios, de los últimos aventureros.

Como los viejos marinos que pensaban que el sur era la antípoda, el mundo opuesto, habitado por engendros, un lugar en que las leyes físicas del norte no se aplicaban, el mundo sigue construyéndose desde el norte. Su lugar marginado, subalterno, permite la fecunda creatividad que tiñe de verde los suelos más hostiles. Y de ese azul profundo que sólo el pacífico austral es capaz de concebir.

miércoles, 7 de enero de 2009

Index

El amor se hizo poema en mi garganta. Cómo no haber visto antes tus ojos ennegrecidos. Cómo no haber desvestido antes tu cuerpo etéreo. Cómo no haber bajado de todas las escaleras y haber rodado hasta romperme el cuello. Cómo no haber muerto entre tus brazos, como una de esas películas viejas que no conocemos. Ahora me arrepiento de todo aquello que no haré por temor a este sentimiento que se ramifica en la garganta.

lunes, 5 de enero de 2009

Código del Amor, Europa Siglo XII

Recopilado por Stendhal “D'Amour”


I

La alegación del matrimonio no es excusa legítima contra el amor.


II

Quien no sabe celar no sabe amar.


III

Nadie puede dedicarse a dos amores.


IV

El amor puede siempre crecer o disminuir.


V

No tiene sabor lo que un amante consigue del otro amante a la fuerza.


VI

El hombre no ama ordinariamente sino en plena pubertad.


VII

Se ordena que a la muerte de uno de los amantes se guarde una viudez de dos años.


VIII

Sin razón más que suficiente, nadie debe ser privado del derecho a amar.


IX

Nadie puede amar si no está convencido de su amor (por la esperanza de ser amado)


X

Por lo general el amor es expulsado de su casa por avaricia.


XI

No conviene amar lo que daría vergüenza desear en el matrimonio.


XII

El amor verdadero no ha desear otras caricias que las que proceden de la persona amada.


XIII

Amor divulgado es rara vez duradero.


XIV

El éxito demasiado fácil pronto quita su encanto al amor: los obstáculos lo aumentan.


XV

La persona que ama palidece en presencia de la persona amada.


XVI

Temblamos a la mirada inesperada de la persona amada.


XVII

Nuevo amor expulsa al antiguo.


XVIII

Únicamente los méritos nos hace dignos del amor.


XIX

El amor que se extingue cesa rápidamente, y rara vez se reanima.


XX

El amor es siempre tímido.


XXI

Con los celos verdaderos, el amor crece siempre.


XXII

Con la sospecha y los celos que de ella nacen aumenta la fuerza del amor.


XXIII

Duerme menos y come menos quien está obsesionado por un pensamiento de amor.


XXIV

Todo acto del amante concluye con un pensamiento para quien ama.


XXV

El amor verdadero no encuentra bueno sino lo que puede agradar a la persona amada.


XXVI

El amor no puede rehusar nada al amor.


XXVII

El amante no puede hartarse de la persona amada.


XXVIII

Una débil presunción hace que el amante sospeche cosas siniestras en la persona amada.


XXIX

La costumbre excesiva de los placeres impide el nacimiento del amor.


XXX

El que ama tiene constantemente ante sí la imagen de la persona amada.


XXXI

Nada impide que una mujer sea amada por dos hombres y un hombre por dos mujeres.